Análisis de los 7 saberes Necesarios para la Educación del Futuro
Es necesario que en este análisis se mencione un poco sobre la vida del doctor
Edgar Morín, que nace en París, el 8 de Julio de 1921, bajo el
seno de una familia de origen judío sefardí. Su padre, Vidal Nahúm, nació en
1894 en Salónica (Grecia) y, posteriormente, se naturaliza francés. Su madre
fue Luna Beressi, quien sufría de una seria lesión en el corazón que le
prohibía tener hijos (hecho nunca revelado a su padre); debido a ello, el
embarazo en el que se concibió a Edgar evoluciona en condiciones dramáticas y,
consecuentemente, el parto fue bastante traumático y riesgoso, tanto para la madre
como para el hijo. Sus primeros diez años los pasa al lado de sus padres, pero
cuando Luna Nahúm, su madre, muere en 1931, Edgar pasa a ser criado por su
padre y Corinne Beressi, su tía materna. Esta pérdida tiene un fuerte impacto
en su infancia que dejará huellas indelebles durante el resto de su vida. A
pesar de contar sólo con diez años de edad, Edgar trata de llenar el vacío que
deja la partida de su madre con la literatura convirtiéndose así,
tempranamente, en un gran lector que devora libros de las más variadas
temáticas; se advierte que es este el origen más remoto de su espíritu
autodidacta e investigador que le ha de caracterizar en el transcurso de su
vida. desempeñándose como filósofo y político, seguidamente comenzamos este análisis diciendo que la
educación en Venezuela ha estado durante estos últimos años con mucha
deficiencia debido a la falta de políticas educativas, donde el docente en su
gran mayoría se resiste al cambio produciendo ceguera cognitivas que estanca la innovación educativa , es por eso que el primer punto de este libro
él lo llama (Las cegueras del Conocimiento: el Error y la Ilusión), allí expresa que nosotros como docentes no
nos podemos quedar con los conocimientos impartidos por otros , ya que las
ideas de las personas van cambiando cada
día y debemos adaptarnos al cambio
porque si no lo hacemos pueda que sigamos siendo profesionales
tradicionales hablando solo lo que nuestros grandes profesores nos enseñaron y siguiendo sus metodologías que en el pasado
nos hicieron grandes facilitadores de la docencia. El segundo saber (Los
Principio del conocimiento Pertinente), aquí el autor menciona que debemos
desarrollar la inteligencia ,considerando que lo simple resuelve problemas
simple y en la educación no hay nada de simplicidad , es por eso que nosotros
como docentes no podemos decirles mentiras a nuestros estudiante explicándoles
que el estudiar es fácil y sencillo, más bien debemos influenciarlos a lograr
verdaderas políticas de estudios adaptadas a nuestras necesidades, a las nuevas
tecnologías y a los cambios sociales donde ellos y nosotros debemos estar
preparados. El tercer saber (Enseñar la
Condición Humana), aquí se nombra un trinomio que produce la unidad humana el
cual es nuestra identidad individual, nuestra identidad como especie y la
identidad social, esto forma parte del destino de la especie humana, donde se
concibe que tenemos un destino y una condición común como ciudadanos de la
tierra. Esta aclaraciones nos hacen saber que cualquier acción que apliquemos
para resolver un problema o la toma de decisión para solventar una necesidad
individual se verá reflejado en otros individuos y por más que intentemos no
alterar la vida de los otros ciudadanos es imposible el no hacerlo, ya que
somos parte de este todo y aunque nuestra acción sea positiva o negativa será
necesariamente reflejada en otros. El cuarto saber, (la identidad planetaria)”,
el doctor Edgar Morín nos dices en este saber que el problema no es político ni
económico sino ambiental ya que Es innegable que poseemos diferencias étnicas,
pero no podemos desconocer el hecho que todos vivimos en un sitio en común y
que debemos respetarlo y cuidarlo como nuestro hogar. A través de lo anterior
queremos resaltar que nuestros actos se circunscriben en una red de
interacciones donde se hace inevitable afectar a los demás, los sentimientos de
otredad o alteridad, deben formar parte de nuestras sociedades, e incluso
debemos considerar los probables daños que podamos ejercer en contra del lugar
en que habitamos. Cada una de las pequeñas cosas que podamos realizar tiene su
consecuencia (Acción – Reacción). Podría sonar catastrofista pero cada uno de
los simples actos cotidianos influye en nuestro medio ambiente. Botar basura al
piso, no apagar las luces o artefactos eléctricos cuando no estamos usándolos,
dejar corriendo el agua en el baño mientras hacemos otro tipo de labores, y
otras tantas simples actitudes que nos permitirían mantener a nuestro planeta
mucho más sano. La educación entonces debe hacerse cargo de una labor
gigantesca, que es tratar de poner a la gente al tanto de las problemáticas
ecológicas que acarreamos por la sola incomprensión hacia nuestra madre tierra.
Además el hecho de comprender que vivimos en mismo lugar debiese hacernos más
tolerantes en el sentido que todos debiésemos tener un arraigo hacia la tierra
un sentido de pertenencia que nos cohesione y haga sentir como seres iguales
unos de otros que compartimos, como dice Morín, el mismo destino de vida o de
muerte que nuestro planeta. Por consecuencia estamos todos ligados,
pertenecemos al mismo lugar, compartimos un hogar, somos una inmensa aldea
planetaria con un destino común y eso ha de reflejarse en nuestra educación, la
educación del futuro debe contemplar este aspecto y con ello provocar cambios
profundos, no solo a nivel de cuidado ecológico, sino que también a nivel de
especie. El quinto saber llamado
“Enfrentar las incertidumbres”, trata del deber que tenemos en desarrollar un
pensamiento que reconozca y enfrente la inseguridad de nuestro tiempo, que
enseñe principios de estrategias que nos permitan desafiar todos los conflictos
y problemas que se nos presentan a diario en diferentes entornos, asimismo,
modificar este perfeccionamiento en virtud de las informaciones en el camino.
Las ciencias nos han revelado muchas certezas, pero también nos han dado muchas
incertidumbres, pero no se puede escapar de ellas y vivir alejado de las
ciencias y La incertidumbre de la acción deriva del bucle riesgo−precaución,
del bucle fines−medios, del bucle acción contexto y de la impredictibilidad a
largo plazo. Los bucles son parejas inseparables e interrelacionadas. La doble
necesidad del riesgo y precaución, la incertidumbre de la finalidad y de los
medios, ya que la pureza de uno no implica la bondad del otro y viceversa,
además, nadie nos asegura que se logre la finalidad deseada y no una contraria,
mediante la contaminación de los medios, y las interacciones entre la acción y
el contexto y . el sexto saber (Enseñar
la Comprensión) En ocasiones nos sentimos el centro del universo, el que todo
lo sabe y lo que no conocemos o nos parece extraño es mentira, secundario o
atenta contra nuestra forma de pensar, es ahí donde cometemos el grave error de
no aceptar que desconocemos algunas cosas y que no tenemos las respuestas para
todo, llegamos a convertirnos en simplistas evocando el “Pensamiento complejo”,
perdemos la comunicación y hasta la ética por el simple hecho de defender algo
que sabemos que está mal, es de ahí la importancia que tiene reflejar este entendimiento
de la comprensión para que las próximas generaciones no cometan otros tropieces,
no obstante La comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños es
en adelante vital para que las relaciones humanas salgan de su estado bárbaro
de incomprensión. De allí, la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus
raíces, sus modalidades y sus efectos. Este estudio sería tanto más importante
cuanto que se centraría, no sólo en los síntomas, sino en las causas de los
racismos, las xenofobias y los desprecios. Constituiría, al mismo tiempo, una
de las bases más seguras para la educación por la paz, a la cual estamos
ligados por esencia y vocación. El séptimo saber (la ética del género humano),
aquí el autor manifiesta que La educación debe conducir a una antropo-ética,
considerando el carácter ternario de la condición humana, que es el de
individuo sociedad -especie. En este
sentido, la ética individuo/especie necesita un control mutuo de la sociedad
por el individuo y del individuo por la sociedad, es decir la democracia; la
ética individuo <-> especie convoca a la ciudadanía terrestre en el siglo
XXI. La ética no se podría enseñar con lecciones de moral. Ella debe formarse
en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo
individuo, parte de una sociedad, parte de una especie. Llevamos en cada uno de
nosotros esta triple realidad. De igual manera, todo desarrollo verdaderamente
humano debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales,
de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie
humana. De allí, se esbozan las dos grandes finalidades ético-políticas del
nuevo milenio: establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los
individuos por medio de la democracia y concebir la Humanidad como comunidad
planetaria. La educación debe no sólo contribuir a una toma de conciencia de
nuestra Tierra-Patria, sino también permitir que esta conciencia se traduzca en
la voluntad de realizar la ciudadanía terrenal. Por lo tanto como futuros
orientadores debemos tomar en cuenta estos 7 saberes, ya que el cambio
educativo es un movimiento constante en la sociedad y nosotros como docentes
venezolanos no podemos quedarnos en lo tradicional sino más bien en la
innovación, investigación para que este dinamismo cambiante pueda ser sustentable y sostenible durante los tiempo
venideros.
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